Cuando el sonido de la llave
me dice que estás de vuelta,
y tus silentes pisadas,
(¿No sabes que estoy despierta ?)
cruzan el salón, ese sonido
da paz a mi mente inquieta.
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¡Cuanto insomnio, ¡que temor!
las horas se hacen eternas.
¡Señor, que no suene el teléfono!
es mi oración mas secreta.
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Y cuando suena la llave,
y se que ya estás de vuelta,
es el sonido mas bello
que no cambio por ninguno
en esas horas inciertas
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(Para todas las madres que no duermen
esperando ese sonido)
Charo A Morilla ( Madrid 1995)
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