Sus cartas de amor,
es toda la fortuna
que hay en mi casa.
Las leo despacio,
el ayer me abrasa,
evoco el perfume
de un tiempo perdido
en no sé que espacio
ni en que nebulosa
de un tiempo vivido.
No añoro riquezas
porque nunca tuve,
ni esa belleza que
arranca pasiones,
pero si añoro y me
encuentro presa,
en estas cartas
que habla de amores
donde hubo un tiempo
lleno de promesas.
Hoy mis manos tiemblan,
pero leo una a una
sus cartas de amor.
En ellas me habla,
de cielos, de lunas
de sueños y pasión.
Por eso las guardo
como una posesa.
Para él yo era
su vida ...su Dios;
....ya, todo ha pasado
y ya nada añoro.
Toda mi fortuna
son unas viejas cartas,
que me hablan de amor
Charo A. Morilla ( Madrid abril del 98)
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